Tal era la fama internacional de Mario Alberto Kempes que llevó al Valencia a disputar tres partidos de gira en Japón en verano de 1979, algo muy poco habitual en aquellos tiempos. El partido fue muy duro, con poco fútbol, y terminó en empate 0-0, así que debió decidirse en la tanda de penaltis. En semifinales esperaba el Nantes francés y en la ida se perdió 2-1 con gol de Kempes, pero en la vuelta se logró un espectacular 4-0 (Bonhof, Subirats y dos de Kempes) a pesar de que bastaba con ganar 1-0. La final se disputó el 14 de mayo de 1980 en el estadio de Heysel en Bruselas contra el Arsenal FC.